viernes, 22 de octubre de 2010

Crisis del paradigma científico

“Se encontraba un loco, en sus delirios, cuestionando insistentemente a su muñeco “¿por qué no quieres salir a trotar conmigo?” le decía, pero el muñeco permanecía en silencio y sin aceptar la invitación al ejercicio. Durante semanas continuó insistente el cuestionamiento, pero el muñeco nunca respondía, hasta que el loco terminó criticando y hablando mal de su muñeco con los otros locos y los otros muñecos que, celosamente, guardaba en una caja bajo su cama”



A menudo creemos que la ciencia es moderna por definición, sin embargo a lo largo de los artículos que publicaré en este blog seguiremos las huellas de nuestra civilización occidental, analizando paso a paso la forma en la que se construyó el paradigma científico moderno y veremos que, cuando uno observa como se fue formando el pensamiento racional en sus orígenes, es muy sencillo predecir todo lo que las primeras preguntas y sus consecuentes respuestas iban a producir como historia del pensamiento. Veremos que la cosmovisión mecanicista materialista (y, por tanto, determinista) de la ciencia, que se sostiene en la idea de unos “átomos” (partículas fundamentales e indivisibles) es una conclusión obvia e ineludible que surgiría como consecuencia de las preguntas y propuestas planteadas por los filósofos pre-socraticos o filósofos de la física (como prefiero llamarles) y veremos además que ese concepto es totalmente absurdo e inútil a la hora de intentar una explicación a la manera en que funciona la naturaleza, a la manera en que opera la naturaleza. Veremos que todo lo que sucede en la naturaleza nos indica que ésta no es un mecanismo ciego e inerte regido por leyes científicas deterministas y universalmente válidas y plantearé una mirada alternativa, una nueva cosmovisión que nos permita entender qué es y cómo “funciona” el Universo.
En otras palabras, podremos ver que, en la historia del pensamiento, en la historia de nuestra forma de pensar, en la visión científica que caracteriza a nuestra época, no hay ninguna sorpresa o novedad, sino únicamente son el efecto lógico, el resultado lógico de las premisas filosóficas de la antigüedad. Nuestra forma de pensar es el resultado obvio del cuestionario que surge con esta cosmovisión,  del cuestionario con el que interrogamos a la naturaleza, con esas premisas surgidas en la filosofía primitiva (en el sentido de primaria), con esa forma de interrogar a la naturaleza, el resultado no podía ser otro que nuestro actual paradigma científico materialista y determinista que, si bien nunca nos ha servido para hacer una descripción coherente del “funcionamiento” del universo, hoy más que nunca este modelo descriptivo que ocupamos para interpretar los fenómenos del Universo se encuentra en crisis y debe ser reemplazado.
En esa misma línea, veremos que en el seno de la cosmovisión científica se encuentra grabado no sólo la única línea posible de su desarrollo, sino también su decadencia y su fin pues, creyendo que el Universo es un mecanismo ciego e inerte, determinable, medible, predecible y calculable, la ciencia ha estrujado el concepto de materia y de causa-efecto hasta alcanzar las fronteras de su propia mirada, los limites de su concepción de la naturaleza que, a la vista de un científico, hoy se muestra más confusa, inexplicable, impredecible y misteriosa que nunca.
Muchísimas veces el ser humano ha creído que está a un paso de alcanzar una descripción definitiva de todo el Universo únicamente para luego ver como esa pretensión se derrumba frente a sus ojos. Tal vez la más reciente ocasión en la que se manifiesta abiertamente esa pretensión está en un famoso discurso pronunciado por un gigante de la ciencia como era Lord Kelvin en el año 1898, en el cual se aventura a decir que la Física estaba acabada, que las grandes ideas ya habían sido formuladas y que sólo faltaba resolver dos pequeños problemas; la radiación del cuerpo negro y los extraños resultados que arrojaban los experimentos de Michelson en relación al Éter. Posteriormente (a lo largo del siglo XX) y tras una serie de experimentos y observaciones, en la ciencia se han producido las más grandes revoluciones; la ley de Gravitación Universal de Newton es desplazada por la Relatividad General de Einstein; la idea de un Universo estático es reemplazada por la idea de un Universo en expansión explosiva (el Big-Bang); la Materia y la Energía se funden y resultan ser ahora dos “estados de la materia” que dependen de la energía cinética (E = m · c 2) y por último, sumergidos en el átomo, el comportamiento de la “Materia” contradice tan violentamente toda nuestra lógica y toda nuestra forma de describir el Universo, que los científicos se vieron obligados a crear una nueva ciencia (la Física Cuántica) para intentar explicar estas gigantescas contradicciones entre el “mundo clásico” y el “mundo atómico y sub-atómico”.
Quiero dejar en claro que estas aparentes contradicciones de la naturaleza no pueden ser resueltas desde la ciencia, los científicos nada tienen que hacer en este asunto porque lo que falla es justamente la ciencia. Se requiere hacer un cambio total y radical del paradigma para poder entender y hacer coincidir estas aparentes contradicciones de la naturaleza que, en realidad no son tales, sino que surgen como contradicciones y ponen en crisis nuestro modelo descriptivo debido a que el interrogatorio que estamos haciéndole a la naturaleza es errado, es inválido, absurdo e inútil, tan inválido y absurdo como el cuestionamiento que el loco le hace a su muñeco.
Metafórica o analógicamente hablando, en este caso los científicos son como los policías que implementan, utilizan o realizan algún cuestionario pauteado con el cual se interroga a un testigo (la naturaleza, en este caso), pero en ningún caso son los que han creado las preguntas que se van a formular. Las preguntas que se le van a formular al testigo son preguntas que obedecen a una tesis, a una teoría, a una creencia, a una pauta, a una cosmovisión que surgió con la filosofía, que es dada por la filosofía y es, desde la filosofía entonces, que se debe y puede cambiar la pauta sobre la que se construye el interrogatorio que se le está aplicando al testigo pues, obviamente, no es el testigo en este caso el que miente, oculta o falsea los datos, el conjunto de preguntas es el que falla y en razón del cual no nos parecen razonables ni coherentes las respuestas dadas.
Afortunadamente la historia avanza y va dejando obsoletas ciertas visiones que alguna vez consideramos irrebatibles; la tierra por ejemplo, dejó de ser plana, ya no es el centro del Universo y gira ésta en torno al Sol y no al revés; comenzamos a dudar sobre la existencia de un Dios todopoderoso que ha planificado de antemano nuestro destino y que, sin embargo, nos condenará al infierno si no seguimos “sus” mandamientos; hasta hace muy poco los continentes no se movían, hoy sabemos que alguna vez estuvieron todos juntos; alguna vez la luz era descrita como un conjunto de corpúsculos (partículas), luego el concepto de luz cambia y aparece en los textos de física definida como una onda y hoy, resulta ser descrita como una onda-partícula (¿no será para dejar a todos contentos?); los electrones aparecen y desaparecen, se comportan, al igual que la luz moderna, como ondas y luego como partículas, con la física cuántica los científicos tratan de entender y de explicarnos estos extraños fenómenos, pero la naturaleza nuevamente nos sorprende a todos y nos hace dudar sobre la rigidez y lo predecible o determinado que pensamos que podía ser el Universo microscópico, sumergiéndonos nuevamente en el más hondo misterio.
Muchos paradigmas se han roto pero esta vez los invito a cuestionar el más antiguo y arraigado de todos, el paradigma científico que, a estas alturas, se alza como una religión por tanto la resistencia a cualquier cuestionamiento será férrea y muy difícil de romper, siendo el silencio de parte de los hombres de ciencia, la primera herramienta esgrimida. Ahora, y obviamente, no está en las aspiraciones ni de este blog ni de esta persona lograr esa ruptura, entendiendo la dinámica que opera en la deconstrucción de un paradigma, sé que solamente es posible y necesario compartir un análisis crítico primero y luego plantear una cosmovisión totalmente nueva, pero los efectos de esta rueda que hecho a andar, son incalculables, impredecibles, tan impredecible como el efecto que potencialmente encierra el aleteo de una “simple” mariposa.