lunes, 6 de diciembre de 2010

Historia de la Cosmovisión Científica

Continuación...

"La naturaleza no es como un mecanismo de relojería. Un reloj sin terminar no funciona" John David Barrow

Thales de Mileto al preguntarse ¿De qué están hechas las cosas, los OBJETOS?, comete un error (totalmente comprensible para la época). Comienza desde la premisa de que las características de las cosas, de los OBJETOS, se sostienen en su substancia, se debe a que están hechas de algo, algo material, que les da una serie de características, dejando totalmente de lado el papel del Observador. Ésta es una pregunta delicada y que parte de un supuesto, como veremos, errado.

Como escribí en "Paradigmas y Cosmovisiones" Thales de Mileto es considerado por la historia como el primer Filósofo, formaba parte de la primera Escuela filosófica, que hoy conocemos como la "Escuela de Mileto", en esta Escuela se planteaba que las cosas estaban hechas de AGUA, según Thales, de AIRE, según Anaxímenes y de APEIRON (algo indefinido), según Anaxímandro.

Luego surge otra Escuela, la "Escuela Eleática" (cuyos máximos exponentes serían Parménides y Zenón) que difiere de la idea materialista de la Escuela Milesia al plantear que las cosas no estarían hechas ni de agua ni de aire ni de apeiron, sino que de algo inmaterial e imperceptible, una “cosa” abstracta, infinita en el tiempo y en el espació, un SER que según Parménides sería Único, Eterno, Esférico, Indiferenciado, Inmutable y Perfecto.

Con Parménides, además, se funda el primer principio de la Lógica con el axioma “El SER es y el NO SER, no es”. Este principio se conoce como el "Principio de identidad" y si bien es de enorme influencia e importancia en la construcción de la Lógica como “ciencia del pensamiento correcto”, no resulta de mucha ayuda si de comprender los cambios que se observan cotidianamente se trata.

Con la escuela Eleática nace también un problema gigantesco, el Principio de Identidad resultó incuestionable, resulta incuestionable hasta el día de hoy y se considera el pilar de la Lógica, sin embargo si el SER es Único, Eterno, Esférico, Indiferenciado, Inmutable y Perfecto, ¿Cómo explicamos entonces todos los cambios que constantemente evidenciamos y observamos en el Universo?. Surgió entonces la necesidad de salvar esa distancia entre el SER, planteado por Parménides, y las cosas, que a la luz de lo que observamos cotidianamente, están cambiando constantemente.

El SER de Parménides resulta lógicamente tan incuestionable como resulta “experiencialmente” incuestionable el hecho de que las cosas cambian constantemente. De alguna manera se dividió el Universo (como está dividido ahora gracias a estos “errores”) entre el SER y las cosas, entre la lógica y la experiencia, entre el pensamiento y la observación.

Este problema fue “resuelto”, según expongo, retornando al fundamento materialista de la Escuela Milesia.

Demócrito y Leucipo fundan la "Escuela atomista" planteando que todas las cosas del Universo están hechas substancialmente de partículas indivisibles (de ahí su nombre, átomos). Si uno analiza los planteamientos de esta Escuela puede observar que, para resolver el transito del SER a las cosas, lo que hace es unir las ideas de la Escuela Milesia con las ideas de la Escuela Eleática. Por un lado plantea que los átomos serian partículas materiales, no cosas abstractas, pero le da a dichos átomos algunas características que Parménides le atribuía al SER.

Los átomos, ya que son indivisibles, resultan ser entonces eternos e inmutables (curiosamente, la Física moderna se los figura, además, esféricos) como el SER de Parménides, pero se diferencian del SER Parmenídeo en que el SER es único mientras los átomos son múltiples y en que el SER es Indiferenciado mientras los átomos se diferenciarían unos de otros por su forma y tamaño. De esta manera, como decía, tenemos un “hibrido” surgido de la unión entre las ideas de los Milesios y las ideas de los Eleáticos, así se “resuelve” el conflicto entre la razón (el principio Lógico de Parménides –del SER-) y la observación de un mundo en constante cambio.

Ahora, ¿Por qué se resuelve?, en realidad la idea de la Escuela Atomista no resuelve el problema, sino que lo traslada, lo sumerge en la materia más profunda que serían estos supuesto átomos. El SER inmutable y eterno de Parménides es un “ente abstracto” del que surgen de alguna manera los “entes reales” mientras que los átomos de Demócrito por el contrario, se supone que son cosas tangibles, materiales son de hecho LAS únicas cosas realmente tangibles y materiales, son los elementos básicos en los cuales se sostienen la materialidad, la existencia y las cualidades de todas las cosas, son LOS elementos básicos de los cuales están hechas todas las cosas.

Por ejemplo, si nos sumergimos en la estructura de un ser humano, la ciencia nos dice que nuestro cuerpo está hecho de células, que las células están hechas de moléculas, que las moléculas están hechas de átomos, que los átomos están hechos de protones, neutrones, electrones y un sinfín de otras partículas sub-atómicas y que estas partículas sub-atómicas, en realidad, ¡no existen! (?). Eso es equivalente a decir que una casa está hecha de paredes, que las paredes están hechas de ladrillos y que los ladrillos, no existen.

Dentro de esta cosmovisión entonces, todos los cambios y fenómenos naturales que observamos cotidianamente, se producen por el movimiento, unión y choque de estas indivisibles partículas pero, en rigor, no hay nada que esté cambiando porque estas partículas no cambian, no se destruyen, son eternas, sólo se mueven. Con eso se lograba conciliar la razón y la observación. Por tanto, si estas hipotéticas partículas indivisibles no existieran (de hecho no existen), toda la cosmovisión que utilizamos para describir el Universo, se derrumba.

A partir de este momento, hemos entendido el Universo tal como lo planteaba la escuela Atomista y la ciencia lo ha tomado tal cual sin ninguna variación de fondo, todo lo contrario, como ya decía, los conceptos, el lenguaje y las descripciones que la ciencia hace del Universo, tratan de ser coincidentes con la idea materialista de los atomistas y todo el lenguaje que utilizamos para describir el Universo, es un lenguaje creado dentro del paradigma, es un lenguaje que sostiene y valida el Paradigma, por ello también es tan difícil, cambiarlo pues esta cosmovisión, por errada e incoherente que sea, lleva miles de años asentándose en nuestra mente, en nuestro lenguaje, en nuestra forma de pensar y, en definitiva, en nuestra cultura.